Un nombre que puede llevar a la confusión por desconocimiento o por simple uso social del término. La esotería es una posición antigua, remontable hasta el viejo Aristóteles quien es el primero que la caracteriza. No tiene, originalmente, relación alguna con artes místicas o chapucerías espiritistas.
Lo esotérico tiene relación con lo “interior”, con lo “de dentro” y con lo “íntimo”.
El comunismo esotérico es el que sitúa dentro del régimen capitalista, que escudriña en sus entrañas para intentar comprenderlo y, desde ahí, ver las posibilidades de su negación. No se propone evaluarlo desde afuera (exotérico) sino desde su propia configuración que resulta, necesariamente, en su negación actual.
Si bien hacemos referencia a cierta construcción social en torno a las artes místicas (“Círculo”, “Esotérico”), nos funciona como inversión de ese imaginario. No tenemos conexión alguna con un mundo extraterrenal, sino todo lo contrario: todo está acá y hace falta “conjurarlo” para que se muestre en toda su extensión. Conjurarlo y no invocarlo. No hay nada que traer a este mundo porque todo lo que podría influir en su negación ya se encuentra acá.
Todo el mundo ya está acá y espera, latentemente, ser otro.